IGLESIA DE SAN PABLO DE ÚBEDA

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Iglesia de San Pablo (ÚBEDA)

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domingo, 1 de abril de 2018

PREMIO DE POESÍA EN LOSCOS

Acabo de volver de Loscos (Teruel) en donde mi poema "A GUISA DE PANEGÍRICO PARA EL QUE GUISA" ha resultado galardonado con un segundo premio ex aequo. Ni que decir tiene que nos lo hemos pasado genial en un ambiente cordial, distendido y literario.
     
     A GUISA DE PANEGÍRICO PARA EL QUE GUISA
                                   


Un nuevo año -y casi aposta-
en honor del Venerable
concurrimos
a esta iglesia de mamposta,
con el fervor admirable
que sentimos.

Aprecien vuesas mercedes
las estrofas con esmero
que recito
en aquestos menesteres
de ensalzar a limosnero
tan bendito.

Inspirado por el caso
les explico mi experiencia,
concebida
como efímero repaso
desde Loscos a Valencia
por su vida.

Ejemplo de honestidad,
benefactor con anhelo,
sin jactancia;
su pobreza, castidad
y obediencia son modelo
de observancia.
  
Superando la fatiga
de tantas calamidades,
con esfuerzo,
a duras penas mitiga
las diarias necesidades
del almuerzo
al pedigüeño y al mendigo,
con un caldo de puchero
sin sustancia
(porque siempre está consigo
el que lo hiciera portero
de su estancia).

Hambre con misericordia
a remediar se dedica
como loco,
paladín de la concordia
en su nombre la practica
poco a poco
en la puerta levantina
de convento dominico
muy nombrado,
mientras cuece alguna espina
en un calderete chico
y abollado,
            pues no tiene otros posibles
de ejercer sus encomiendas
principales
que aumentar los comestibles
con prodigios y prebendas
monacales.
  
Y tal es la nombradía
de sus hechos milagrosos
boca a boca
que pasan por portería
humildes y poderosos
cuando toca.

Con el respeto debido,
mi argumento se interesa
por su drama,
que muy pronto el sinsentido
-cual volátil mayonesa-
se derrama
y las horas de homenaje,
tras estos versos profanos
sin sentido,
empujarán su bagaje
a superar los arcanos
del olvido.

Es inicio de otras cosas
cuando se cierran los ojos
con honores:
Por encima de las losas
solo quedan los abrojos
de las flores…
¡y el cariño de su tierra,
y el de los hombres cabales
con memoria
que se agrupan en Trassierra
para glosar los anales
de su historia!
    
Siempre, ¡querido Anadón!,
            eleva a Dios tus plegarias
por nosotros,
cuida a la organización
de estas Justas literarias,
y a los otros,
esos que animan y aplauden
con emoción nuestras coplas
manriqueñas
y merecen un “cum laude”
por acudir sin manoplas
a estas señas.